viernes, 29 de septiembre de 2017

Te desnudé mi alma, y no mi cuerpo.

 Me fui desnudando poco a poco, muy despacio ante ti, sin necesidad de que me ayudaras, aunque sería una forma más fácil y sexy de hacerlo, pero prefiero hacerlo yo.

Me desnudé porque me brindaste la seguridad que necesitaba para hacerlo, además que el apoyo por mantener oculto cada una de las palabras que pueden salir de mi boca, me dejo sin palabras.

No solo mi alma te contó mis peores secretos, también te dejo al descubierto mis mejores sueños, mis peores pesadillas, mis deseos, mis anhelos.. Me desnudé el alma porque creí que era lo necesario, pero luego me di cuenta que estaba equivocada, no era necesario que lo hiciera, porque de cierta manera, mi alma ya te había hablado a través de mi mirada.

Pero para hacerlo más formal, yo quise terminar de entregarme ante ti, ya no basta que solo sepas lo bueno de mi vida, ya no llena el vacío la misma historia sacada de libros, es necesario que le veas la otra cara de la moneda, es hora de contarte la verdad de mis secretos.

He ocultado tantas cosas por miedo a que te alejaras, pero tu curiosidad le da vida al gato que llevas por dentro, incapaz de morir por las dudas que tengas de mi, le haré más fácil la vida al animal y te aclararé cada una de ellas, dándote el comodín de respuestas a todas tus preguntas.

Mis secretos más oscuros están bajo llave en la cama donde descansa mi alma, y en las noches la abre para darle una vista a aquellas páginas de mi vida, tratando de modificar una tinta permanente, logrando unas tachaduras notorias a simple vista, que mirando desde una cuadra de distancia se puede distinguir que lo que trata de ocultar, algo que ya se logra mirar, así que no vale de nada que quiera tapar algo que las personas buscarán la manera de saber su trasfondo, por eso decidí desnudarme ante ti.

No porque tratabas de buscar lo que faltaba de la hoja, o porque te diste cuenta que te la di completamente negra, tanto así que no se podía leer lo que había antes en ella, sino porque me di cuenta que no seguiste insistiendo, te diste por vencido al poco tiempo, fuiste esa persona que busco un lapicero blanco para rayar en lo negro, ese fue el punto clave para abrir mis ojos y notar que valía la pena mostrarte la verdadera hoja donde tenía escrito mi vida,  esta vez espera la verdadera, la original, ya me había deshizo del borrador, y esta es mi oportunidad de comenzar de cero.

Pero no se puede comenzar de buena manera si tu alma te oculta algún secreto, sentía que te traicionaba aún así no haciendo nada que te perjudicara, pero antes de todo quiero confesarte que tarde horas en tomar esta decisión, no fue nada fácil, y aunque aún no sé cuál sea tu reacción, me desnudó ante ti, porque mi alma se adueño de mi cuerpo desde que comenzaste a verla, porque no sólo era lo físico, lo espiritual también cuenta.